La pérdida repentina de un ser querido. Una toma de conciencia. La necesidad de hacer una pausa. Un replanteamiento. Es el tiempo de los demás, el tiempo para mí y el tiempo de volver a mis deseos.

Tras muchos años en un gran grupo, decido recuperar mi libertad. Dejo que mi curiosidad natural fluya libremente. Aprender de nuevo. Volver a dar sentido a mi día a día. Respetar mis valores. Leo, observo, escucho y vuelvo a cultivarme. Investigo, dudo, me pierdo. Y un día, me detengo en una idea.

Vivo en un piso, donde el espacio es limitado. Vacío las tandas de ropa como puedo, a brazos llenos. La ropa se cae al suelo y luego busco dónde dejar la colada mojada. Surge la necesidad y aparece la idea. Necesito una cesta plegable que se pueda guardar, lista para usar, en la parte baja de mi lavadora. Una cesta que no me quite espacio de almacenamiento y que esté justo donde se la necesita.

Entro en los sitios más conocidos de comercio electrónico; a estas alturas estoy convencida de que este producto existe. Busco a fondo y no encuentro lo que había imaginado. Podría haber pasado a otra cosa, pero me intereso, investigo, hago contactos. Creo la empresa y al final me lanzo a la aventura de crear un producto.

Tras más de un año de trabajo, la cesta está lista. Pensada, diseñada, creada, probada, mejorada… por fin ve la luz. 2025 es el año en que deja de ser una idea para llegar a tu casa. El año en que la pongo a tu disposición, para ti, que quizá sin saberlo la necesitabas tanto como yo 🤗